
¿Me las Arreglo o No?
Muchos dicen que es importante aceptarnos y querer nuestros cuerpos tal cual es, sin importar la talla. Eso es algo que no debemos olvidar, pero tampoco está mal actuar para lograr los resultados deseados. Comer saludablemente y hacer ejercicios es parte de ello, pero no solo para vernos bien sino para mantenernos saludables. Para que entiendas por donde viene esto, comenzaré contándote un poco sobre mi
Como muchas soy madre, tuve mi niña a los 30 años y tengo que decir que mi cuerpo no cambio mucho la realidad es que tuve suerte, aunque no tenía 20 años mi cuerpo volvió a ser el mismo, “eso si le tomó 9 meses para que todo volviera a ser como antes”. Sin estrías o piel flácida seguía pesando 114 libras, pero creo que era por el estrés de tantas responsabilidades que ahora tenía. “Ya saben ser madre, esposa, trabajar y estudiar a tiempo completo y una niña extrovertida”.
Los años pasaron y me fui acostumbrando a esa nueva etapa de vida. Pero siempre que iba a comprar ropa no conseguía nada bonito, la mayoría está hecha para chicas con figura de reloj de arena y ni se diga el sostén, “parece que todas son talla A a la D”. Trajes, camisas escotadas, con espalda descubierta y me preguntaba: “¿algún día podre ponerme algo así?”. Muchos dicen: “se cayeron por lactar”. Mentira desde que tengo uso de razón estaban así, era una talla 30 FFF y tenía que comprar en una boutique de lencería, esos no cuentan $10 dólares y no se consiguen en cualquier lugar y ni se diga el dolor de espada, tampoco me digas que se puede llegar a los 30 años con las tetas como cuando tenías 15 años es posible con ese tamaño, es simple “la fuerza de gravedad”. Ese diminuto musculo que las aguanta no es igual de fuerte para todas. “Chicas se trata de genética” y no todas tenemos tanta suerte.
Por muchos años, creo que desde que era adolescente deseaba poder arreglarlas, decía: “quiero senos pequeños que pueda usar todo tipo de ropa, verme delgada y comprar sostenes donde me dé la gana, así como no usar, ponerme el traje de baño que quiera “ustedes saben que quepan”, las chicas que tienen grande senos me entienden. Así que a mis 34 años me arme de valor y decide ir a un cirujano plástico a evaluarme.
Paute mi cita para septiembre la cual se tuvo que posponer por motivos del huracán María, así que no fue hasta diciembre que hice una nueva cita. La verdad no estaba muy convencida por eso de tener el temor de que algo me pasara, (ustedes saben, cuando somos madres eso pasa), también las personas dicen que duele, que si los vómitos, el malestar y el tiempo de recuperación.
Bueno la evaluación me salió en $80, la opción que me dio la Doctora fue reducción y levantamiento (lo que quería), pero le soy bien sincera no quería nada natural “natural las he tenido toda la vida”. Así que me propuso poner un implante pequeño para resaltar el escote y que se vieran “de mentiras”. La verdad es que me fui a pensarlo, porque no estaba muy convencida ya que eso de tener un implante que en cualquier momento haya que retirar, ¿y si el cuerpo los rechaza? ¿Y se caen rápido? ¿Y si pesan? ¿Pero si quedan igual de grandes o más? Noooo, …
En el mes de mayo regrese a una segunda evaluación ya con todas mis dudas anotadas y esta vez sí que tome la decisión. Decidí por una reducción y levantamiento de senos y para crear una mayor proyección la Dra. me propuso sacar grasa del área del abdomen para rellenar la parte superior del seno. Me gustó la idea ya que no tenía que regresar luego al quirófano (por aquello que de los efectos de la anestesia). Todo está listo para el 13 de junio.
Este relato continuara….